Este 16 de diciembre inician las posadas; sin embargo, poco a poco se han perdido algunos aspectos de estas tradicionales fiestas navideñas. Por ejemplo, son cada vez menos las reuniones en las que se pide “posada”, en alusión al peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén, donde buscaban un lugar para alojarse y esperar el nacimiento del niño Jesús.
Aunado a ello, son contadas las reuniones navideñas en las que todavía se entregan los tradicionales aguinaldos, es decir, bolsitas llenas de dulces y frutas, por ejemplo, cacahuates, jícamas, nueces y por supuesto una gran variedad de dulces. En este último caso, algunos conocedores dicen que un verdadero aguinaldo contiene dulces muy característicos, principalmente los rellenos de almendra y pasas.
También, de acuerdo con vendedores al interior de mercados, cada vez son menos las familias que adquieren piñatas de siete picos, pues la mayoría de las familias se inclinan por las de personajes de películas, principalmente las dirigidas a niños.
De acuerdo con los relatos de personas mayores, antes era común que entre vecinos de calle se organizaran posadas, festejos mexicanos que involucraban todos los aspectos antes mencionados: piñatas, aguinaldos y la pedida de posada.
Además, en el caso de las posadas, antes se comercializaban luces de bengala. La mayoría solían venderse en cajas pequeñas, pero luego se “pusieron de moda” las de gran tamaño y que eran encendidas precisamente al pedir posada.
Por supuesto, no podían faltar las velitas de colores azul, amarillo, rojo y otros colores muy característicos que también se usaban con la misma finalidad. Empero, actualmente casi ya no se usan, incluso, las nuevas generaciones ya no las conocen.
