Bibliotecas en Puebla, espacios vivos de conocimiento y cultura

Bibliotecas en Puebla, espacios vivos de conocimiento y cultura

Foto: Enfoque

Este 24 de octubre celebramos el Día Internacional de las Bibliotecas, lo que nos recuerda que, durante mucho tiempo, estos espacios han fungido como pilares del conocimiento y de la historia, siendo parte fundamental en el desarrollo de habilidades, investigación y búsqueda de la información.

 

Al mismo tiempo, ofrecen a los usuarios la oportunidad de incursionar en la educación autodirigida, considerando que, en el mundo, la digitalización avanza rápidamente. En Puebla, estas instituciones desempeñan un papel crucial, no sólo como guardianes de obras literarias, científicas e históricas, sino por la historia que guardan dentro y el legado que ha sobrevivido durante generaciones.

 

Biblioteca Palafoxiana

 

Considerada una joya del patrimonio bibliográfico de México, la Biblioteca Palafoxiana es la más destacada de Puebla y la primera biblioteca pública de América. Fundada en 1646 por el obispo Juan de Palafox y Mendoza, cuenta con más de 45,000 volúmenes, 7 impresos mexicanos y 9 inoculables, donde el libro más antiguo data de 1475. Por lo que la hace un referente, no solo para los investigadores y estudiosos de la historia, sino también para turistas que buscan descubrir su arquitectura y la amplia colección de libros antiguos.

 

 

Biblioteca Central BUAP

 

Ubicada en Ciudad Universitaria, en la capital poblana, la Biblioteca Central de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), es uno de los espacios más modernos del estado y un referente en la educación superior. Logrando abrir sus puertas en 2012, cuenta con capacidad para albergar hasta 3,000 lectores; esta biblioteca ofrece acceso a más de 110,000 libros físicos y 113,000 obras digitales disponibles las 24 horas del día, lo que la convierte en una herramienta invaluable para estudiantes, profesores e investigadores.

 

Biblioteca José María Lafragua

 

Ubicada en el centro histórico de Puebla, es uno de los acervos bibliográficos y documentales más importantes de México. Esta biblioteca patrimonial cuenta con materiales de inicios del siglo XX, lo que la convierte en un referente imprescindible para investigadores, historiadores y académicos. Actualmente forma parte de la BUAP y resguarda 98,000 volúmenes, entre ellos manuscritos coloniales. Se sabe que fueron los jesuitas quienes reunieron parte importante de libros y documentos que en ese tiempo eran destinados solamente a jóvenes.

 

Biblioteca Pública General Ignacio Zaragoza

 

Ubicada en un edificio histórico que data del siglo XVII, la Biblioteca Pública General Ignacio Zaragoza es un espacio que combina patrimonio arquitectónico con una vasta oferta bibliográfica. El inmueble que alberga esta biblioteca perteneció originalmente a los hermanos Bethlemitas, una orden religiosa que llegó a México en 1674 desde Guatemala. En este sitio, los frailes construyeron un hospital para enfermos e indigentes. Con el tiempo, y tras las Leyes de Reforma, el inmueble fue clausurado transformándose en una fábrica de cerillos en 1861; sin embargo, fue en 1997 cuando este espacio se recuperó definitivamente y fue inaugurado como biblioteca bajo la dirección de la Secretaría de la Defensa Nacional. Hoy, este recinto resguarda una impresionante colección de más de 25,000 títulos.

 

¿Quiénes visitan las bibliotecas hoy en día?

 

Actualmente, las bibliotecas reciben a un público diverso, aunque su perfil ha cambiado con el auge de la información digital. Estudiantes, investigadores y académicos siguen siendo los usuarios más frecuentes, ya que buscan acceso a fuentes especializadas, libros físicos y documentos históricos que no siempre están disponibles en línea. Las bibliotecas con colecciones patrimoniales, como la Biblioteca Lafragua, atraen a historiadores y expertos interesados en investigar en fondos antiguos y materiales únicos y muchos de sus materiales solo pueden ser autorizados bajo permiso.

 

Por otro lado, algunas bibliotecas han evolucionado en espacios culturales o museos, atrayendo a turistas y personas interesadas en su valor histórico y arquitectónico. Ejemplo de ello es la Biblioteca Palafoxiana, que no solo conserva un invaluable acervo bibliográfico, sino que también funge como museo y escenario para actividades culturales, desde exposiciones hasta conciertos. Estas bibliotecas, más que solo centros de consulta, son lugares de conservación del patrimonio cultural y espacios donde la memoria y la historia se mantienen vivas.

 

Pero en un mundo donde la tecnología pone a nuestra disposición la información más rápida y al alcance de segundos, ¿qué hace que un espacio como las bibliotecas se anteponga ante la digitalización?

 

Ventajas ante la información digital

 

A pesar de la prevalencia de los recursos digitales, las bibliotecas físicas ofrecen beneficios únicos. En primer lugar, permiten el acceso a libros y documentos especializados, en especial de aquellos que no se encuentran en línea como los fondos patrimoniales y obras poco comunes. Además, proporcionan un espacio ideal para el estudio y la investigación, libre de las distracciones. Asimismo, muchas bibliotecas han integrado tecnologías modernas, combinando lo mejor de ambos mundos al ofrecer acceso a catálogos en línea y recursos electrónicos.

 

En definitiva, las bibliotecas en Puebla mantienen su relevancia al adaptarse a las nuevas tecnologías y continúan siendo espacios para la educación autodirigida, la reflexión y la cultura. Ya sea como centros de consulta o como recintos, estos siguen siendo más que simples contenedores de libros son guardianes del saber y la memoria colectiva, imprescindibles para la historia del estado.

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