
El uso de melatonina como suplemento para inducir el sueño se popularizó en los últimos años, especialmente entre personas que padecen insomnio o alteraciones en su descanso. No obstante, especialistas recomiendan cautela ante su consumo sin supervisión, debido a los posibles efectos adversos y a la variabilidad en su eficacia.
De acuerdo con información proporcionada a NotiPress por el Hospital Houston Methodist, la hormona melatonina regula el ritmo circadiano, uno de los sistemas fundamentales para conciliar el sueño. Esta hormona se libera naturalmente cuando el entorno se oscurece; sin embargo, su producción puede inhibirse por exposición a luces artificiales, particularmente la luz blanca emitida por pantallas y dispositivos móviles. El neurólogo Randall Wright sostuvo que el cerebro necesita rutina y condiciones adecuadas para permitir la secreción normal de melatonina y facilitar un descanso reparador.
Igualmente, el especialista explicó que mantener una rutina nocturna consistente, evitar alimentos pesados, reducir la estimulación cerebral, y limitar el uso de pantallas antes de dormir son medidas efectivas para mejorar la calidad del sueño. Adicionalmente, sugirió crear un entorno físico óptimo: fresco, oscuro, silencioso y libre de dispositivos electrónicos.
Complementando esta perspectiva, el doctor Erick Alcántara, médico experto en medicina del sueño, advirtió durante su participación en el programa "Miércoles de Bienestar" de Humanos Seguros cómo los suplementos disponibles en el mercado no siempre contienen los ingredientes anunciados. Algunas revisiones llevadas a cabo por academias médicas internacionales identificaron productos que no incluyen melatonina activa, o que contienen compuestos como harinas o azúcares sin valor terapéutico. Estas observaciones motivan a los especialistas a recomendar únicamente productos con certificaciones de manufactura verificables y respaldo científico.
Alcántara puntualizó que la melatonina puede tener aplicación clínica específica en adultos mayores de 50 años, edad en la que su producción natural tiende a disminuir. También puede indicarse en casos de desajustes del ritmo circadiano, como el jet lag o alteraciones generadas por trabajos nocturnos. En contraste, no se recomienda para el tratamiento directo del insomnio común, el cual requiere una evaluación médica integral y la adopción de estrategias de higiene del sueño.
También, alertó sobre riesgos en personas con trastornos respiratorios como apnea del sueño, donde el uso de suplementos sin diagnóstico puede agravar la condición y afectar funciones vitales durante el descanso. Por esta razón, destacó la importancia de llevar a cabo estudios clínicos especializados para definir la causa real de los trastornos del sueño antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico o con suplementos. (Notipress)