Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo generó un intenso debate al afirmar que los videojuegos violentos, al igual que los narcocorridos, son factores que incitan a la violencia en el país. Estas declaraciones han reavivado una discusión que ha persistido durante años: ¿qué tanto influyen estos medios en el comportamiento agresivo, especialmente entre los jóvenes?
En su conferencia de prensa, Sheinbaum Pardo dijo que ciertos videojuegos, en los que se simulan actos violentos como “matar a una persona”, podrían estar contribuyendo a normalizar la violencia entre la población juvenil. Con ello, la mandataria propuso apostar por formas de entretenimiento más saludables, como la música y actividades culturales que fomenten valores positivos.
¿Censura o prevención? La propuesta legislativa
Asimismo, el diputado de Morena Arturo Ávila propuso reformar el artículo 208 del Código Penal Federal para castigar con cárcel a quienes promuevan o glorifiquen el crimen en medios como corridos, series, películas, videojuegos y obras de teatro.
Actualmente, la ley contempla sólo trabajo comunitario si no se consuma el delito. Con la reforma, se endurecerían las sanciones para quienes difundan contenidos que enaltezcan la violencia, el crimen organizado o la violencia contra las mujeres.
“Es un tema muy importante, un tema a evitar: que se siga glorificando expresiones que solo generan violencia”, dijo el legislador.
Aunque algunos ven la iniciativa como necesaria ante el auge de contenidos violentos, otros la critican por rozar la censura y criminalizar expresiones artísticas.
¿Los videojuegos violentos inducen comportamientos agresivos?
La relación entre los videojuegos violentos y el comportamiento agresivo ha sido objeto de numerosos estudios, algunos de los cuales han encontrado una conexión entre la exposición a este tipo de contenido y un aumento en la agresividad, aunque no necesariamente en la violencia criminal real.
Un informe publicado por la American Psychological Association (APA) concluyó que existe una relación consistente entre el uso de videojuegos violentos y un incremento en el comportamiento agresivo, así como una disminución en la empatía y la sensibilidad hacia la agresión. Sin embargo, la APA también destacó que, aunque los videojuegos violentos pueden influir en la conducta agresiva, no hay suficiente evidencia científica que demuestre que causen violencia criminal directa.
Por otro lado, investigaciones más recientes han matizado este enfoque. Un estudio de la Universidad de Oxford en 2024, publicado en Nature Human Behaviour, encontró que, en general, los videojuegos tienen un impacto positivo en la salud mental, reduciendo la angustia psicológica y mejorando la satisfacción vital de los jugadores. Los resultados indicaron que jugar videojuegos, incluso aquellos con escenas de violencia, puede ser beneficioso para la salud mental, en especial cuando los jugadores controlan el tiempo que dedican a estas actividades y las practican en un entorno social saludable.
De esta manera, la evidencia científica sobre los efectos de los videojuegos sigue siendo contradictoria. Mientras que algunos estudios sugieren que la exposición prolongada a contenidos violentos puede generar conductas más agresivas, otros argumentan que no hay pruebas suficientes para vincularlos directamente con la violencia en el mundo real.
¿Qué videojuegos podrían considerarse apología de la violencia?
En este contexto, algunos videojuegos son objeto de controversia debido a su contenido explícitamente violento. Estos juegos, por sus mecánicas y representaciones, podrían ser considerados como "apología de la violencia". Algunos de los títulos más polémicos incluyen:
Grand Theft Auto (GTA): Esta saga es conocida por permitir a los jugadores cometer crímenes como robos, asesinatos y destrucción en un entorno urbano ficticio. Aunque su enfoque está en la narrativa y la acción, su representación de la violencia y la inmersión en un mundo del crimen ha sido fuertemente criticada por normalizar comportamientos agresivos.
Mortal Kombat: Este juego es célebre por su violencia explícita, especialmente sus "Fatalities", movimientos finales que permiten a los jugadores matar o mutilar a sus oponentes. Aunque la serie ha sido un éxito comercial, también ha sido objeto de censura en varios países debido a la crudeza de sus escenas de lucha y muerte.
Super Columbine Massacre RPG!: Este título permite al jugador controlar a los adolescentes responsables de la masacre en la escuela secundaria de Columbine. La representación de eventos reales y trágicos ha sido muy criticada, ya que banaliza una tragedia que dejó cicatrices profundas en la sociedad estadounidense y mundial.
Ethnic Cleansing: Desarrollado por un grupo de supremacía blanca, este juego permite al jugador controlar a un miembro del Ku Klux Klan en una misión para eliminar a personas de diferentes etnias.
En conclusión, la relación entre los videojuegos y la violencia es un tema complejo que requiere una evaluación cuidadosa y matizada. Si bien algunos estudios han encontrado que los videojuegos violentos pueden aumentar la agresividad, otros argumentan que su impacto en la violencia criminal real no está suficientemente comprobado. Además, los videojuegos también pueden tener efectos positivos en la salud mental, al ofrecer una vía para la relajación y el disfrute.
En cuanto a la regulación, la iniciativa de prohibir videojuegos violentos en México podría no ser la solución más adecuada. Es importante considerar las clasificaciones de contenido existentes y fomentar el consumo responsable, al tiempo que se promueve la creación de videojuegos que enseñen y refuercen valores positivos. La clave no está en restringir el acceso, sino en educar sobre el uso adecuado y equilibrado de los videojuegos como una forma de entretenimiento.