Los mercados municipales en Puebla han tenido diversos niveles de atención dependiendo de presidente en turno. En comparación con las administraciones de Claudia Rivera Vivanco y Eduardo Rivera Pérez, cuando hubo programas concretos con presupuestos definidos, la actual gestión a cargo de José Chedraui los tiene abandonados.
Durante el gobierno de Rivera Vivanco se implementó el programa “MÁS Mercados”, que destinó 10.4 millones de pesos para rehabilitar 17 mercados municipales, con trabajos como mantenimiento de fachadas, impermeabilización, instalación de luminarias y mejoras en drenaje.
Por su parte, Rivera Pérez lanzó un programa de mantenimiento integral para 30 mercados, incluyendo limpieza, desazolve, plomería, electricidad y herrería, además de mantenimiento en general.
Actualmente, bajo la administración de Chedraui Budib, y a siete meses de tomar las riendas del municipio, los mercados están en total abandono, sin ninguna huella, al menos, de que se haya parado alguna autoridad.
Los mercados en Puebla enfrentan problemas significativos de insalubridad, falta de mantenimiento, abandono, inseguridad, desocupación y muchos otros aspectos que se han convertido en un desafío estructural para el gobierno municipal.
Estos problemas no solo afectan a los locatarios y la operatividad de los mercados, sino también a la economía local y la experiencia de los consumidores. Los mercados son motores económicos, ya que generan empleos directos e indirectos y fomentan el comercio de productos locales.
Sin embargo, el deterioro en el que se encuentran actualmente estos espacios es alarmante, y algunos han alcanzado un punto crítico que exige atención urgente, pero lo es aún más, la pasividad del gobierno de Chedraui, quién no se cansa de anunciar que se harán trabajos de rehabilitación en estos centros de comercio, pero nada más no inician.
Recorriendo solo algunos mercados, de forma inmediata se revelan las condiciones críticas de su actual estado: falta de alcantarillas, pintura descascarada, acumulación de basura, deterioro estructural, goteras, malos olores, entre otros. Estos problemas, que se observan a simple vista, son síntomas de un abandono prolongado y tienen un impacto directo en la funcionalidad y atractivo de estos espacios.
