
En fechas recientes, el gobierno estatal aseguró que Puebla está encaminada a convertirse en un referente de turismo tecnológico en México. Pero, ¿qué significa exactamente esta apuesta? ¿En qué consiste este tipo de turismo? Y, sobre todo, ¿tiene Puebla las condiciones necesarias para consolidarse como un destino competitivo frente a potencias como Tokio o Dubái?
El turismo tecnológico es una modalidad de viaje que gira en torno a experiencias inmersivas, educativas y recreativas basadas en la innovación. Involucra desde recorridos por ciudades inteligentes, museos interactivos o parques temáticos con realidad aumentada, hasta visitas guiadas por centros de investigación, universidades o empresas tecnológicas. Esto incluye:
- Hoteles inteligentes con reconocimiento facial, control por voz y robots asistentes.
- Museos y sitios históricos que usan realidad aumentada o virtual para hacer más interactiva la visita.
- Transporte inteligente con vehículos autónomos y aplicaciones para planificar rutas eficientes.
- Conectividad avanzada, como redes 5G que garantizan estar siempre conectado.
- Sistemas de seguridad inteligentes que protegen a los visitantes.
- Experiencias personalizadas basadas en inteligencia artificial para recomendaciones de actividades, restaurantes y lugares de interés.
????*Con una presidenta científica, mi Chula #Puebla detonará turismo tecnológico*????
— Mónica O. abogada (@Monicao2712) May 30, 2025
Como parte de una agenda conjunta enfocada en fortalecer la difusión científica y de crear espacios interactivos que acerquen proyectos a la población, el director de la Unidad de Proyectos de… pic.twitter.com/aUlX0jgh2W
Además, el turismo tecnológico promueve la sostenibilidad mediante el uso de energías renovables y gestión eficiente de recursos, y ofrece comodidad y seguridad a los viajeros.
El mapa global del turismo tecnológico
Diversos destinos en el mundo ya se han consolidado como líderes en esta tendencia:
Silicon Valley, Estados Unidos: considerado el símbolo mundial de la innovación tecnológica, alberga las sedes de gigantes como Google, Apple, Microsoft y Meta. Ofrece tours por sus instalaciones y museos tecnológicos.
Tokio, Japón: es un ícono del turismo tecnológico. Barrios como Akihabara ofrecen experiencias con robots, gadgets y videojuegos. Museos como el Miraikan (Museo Nacional de Ciencia Emergente e Innovación) permiten interactuar con tecnologías de punta, como la inteligencia artificial y la robótica humanoide.
Singapur: ha incorporado inteligencia artificial en el sector turístico. Sus aeropuertos ofrecen asistentes virtuales que guían a los viajeros, y sus hoteles adaptan sus servicios mediante datos personalizados.
Dubái: en Emiratos Árabes Unidos, ha apostado por megaproyectos como el Museo del Futuro, con instalaciones que exploran desde el metaverso hasta la biotecnología, y plataformas digitales que permiten recorridos turísticos en realidad virtual.
Futuroscope: en Francia, es un parque temático centrado en experiencias audiovisuales y de realidad aumentada, que combina entretenimiento con educación tecnológica.
Zhongguancun: en China, es conocido como el “Silicon Valley chino” y se ha convertido en un atractivo para visitantes interesados en innovación empresarial, inteligencia artificial y startups tecnológicas.
¿Qué podría ofrecer Puebla? ¿Hay desafíos?
- Universidades con fuerte desarrollo en tecnología, como la BUAP, la UDLAP o el Tecnológico de Monterrey, que podrían impulsar actividades de turismo científico o educativo.
- Proyectos de realidad aumentada y virtual ya aplicados en espacios culturales, como las proyecciones 3D en la Catedral o recorridos virtuales en el Museo Internacional del Barroco.
- Infraestructura turística consolidada, que permite una base para integrar nuevas experiencias tecnológicas en zonas tradicionales.
Sin embargo, también podrían haber complicaciones:
- Falta de inversión pública y privada en desarrollos tecnológicos aplicados al turismo.
- Ausencia de una visión integral que involucre a universidades, empresas tecnológicas, museos y espacios públicos en una red de innovación turística.
- Brecha digital en zonas rurales y carencias en conectividad, que dificultan implementar soluciones tecnológicas de forma amplia.