
La Policía Federal de Brasil acusó al expresidente Jair Bolsonaro del delito de espionaje ilegal durante su paso por la Presidencia. El caso se enmarca en la investigación sobre el papel de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) en los años de su mandato e involucra a varias figuras de su entorno.
El informe policial acusa a Jair Bolsonaro, a uno de sus hijos —el concejal de Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro— y al diputado y exdirector de la Abin, Alexandre Ramagem. En total, hay 35 acusados de participar en el esquema.
La investigación indica que policías y funcionarios de la agencia de inteligencia formaron una organización criminal para vigilar de forma ilegal a autoridades, periodistas, activistas, opositores y ciudadanos de a pie, por medio de sus celulares y computadores.
Entre los objetivos del espionaje estaban autoridades como:
- el juez del Tribunal Supremo Federal Alexandre de Moraes,
- el senador Renan Calheiros,
- el expresidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia,
- el expresidente de la Cámara de Diputados Arthur Lira.
Para la Policía, Ramagem montó el esquema ilegal para espiar a las personas que el Gobierno de Bolsonaro consideraba adversarias, mientras que el hijo, Carlos Bolsonaro, que manejaba las redes sociales de su padre, usaba las informaciones obtenidas de forma ilegal para atacar públicamente a esas personas. Bolsonaro sabía que existía ese trabajo ilegal y se beneficiaba de él, según los investigadores, que también acusan a la actual dirección de la Abin, incluido su actual director, Luiz Fernando Corrêa, de obstruir a la Justicia por no colaborar con el caso.
Este caso es independiente de la investigación por el intento de golpe de Estado, que está mucho más adelantada: Bolsonaro, imputado por la Justicia, ya fue interrogado y la sentencia podría conocerse a finales de este año.