
La búsqueda de tratamientos efectivos para la depresión, una enfermedad que afecta a millones en todo el mundo, ha llevado a la ciencia a explorar caminos innovadores y, a veces, controvertidos. En este panorama, sustancias sicodélicas como la psilocibina, componente activo de los "hongos mágicos", están emergiendo de las sombras de la ilegalidad para ser consideradas como una nueva esperanza terapéutica.
Mientras Nueva Zelanda da pasos audaces hacia su legalización para fines médicos, México se enfrenta a una compleja realidad donde el uso ancestral de estas y otras sustancias convive con un marco legal prohibitivo.
Recientemente, Nueva Zelanda ha acaparado titulares al autorizar el uso de hongos psilocibina para tratar la depresión en contextos clínicos controlados. Esta decisión representa un hito significativo y sienta un precedente global.
???????????? Nueva Zelanda autoriza el uso de "hongos mágicos" para tratar la depresión
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) June 18, 2025
La medida surge de una creciente evidencia científica que sugiere que la psilocibina, administrada bajo supervisión médica y en combinación con terapia sicológica, puede generar efectos antidepresivos profundos y duraderos.
Los defensores de esta terapia argumentan que la psilocibina no solo alivia los síntomas de la depresión, sino que puede inducir estados de conciencia que permiten a los pacientes confrontar traumas, cambiar patrones de pensamiento negativos y obtener una perspectiva renovada de sus vidas.
México: Entre la tradición y la prohibición
Mientras tanto, en México, la situación es notoriamente diferente. Aunque el país es hogar de una rica tradición de uso de plantas psicoactivas con fines ceremoniales y medicinales, como los hongos psilocibina y el peyote, la legislación actual los clasifica como sustancias prohibidas. Sin embargo, existe una importante excepción: el concepto de "usos y costumbres".
Comunidades indígenas, principalmente la Wixárika (Huichol) en el caso del peyote, han mantenido durante siglos rituales y prácticas donde el consumo de estas sustancias es central para su cosmovisión, salud espiritual y cohesión social. Esta excepción legal permite, hasta cierto punto, la posesión y el uso dentro de estos marcos tradicionales.
I have been living with Marakame Don Juan since December. He is a Wixarika healer, who primarily uses the Hikuri medicine or what we know as the Peyote cactus. It has been really interesting learning about his traditions and shamanic practices! Ill be with him for 2 more months pic.twitter.com/0Y8bWL3SKI
— dakota (@dakotawint) March 28, 2021
La ciencia detrás de la "magia"
La pregunta clave es si estas sustancias tienen beneficios comprobados. En el caso de la psilocibina para la depresión, la respuesta de la comunidad científica es cada vez más afirmativa. Varios ensayos clínicos han demostrado que la psilocibina, administrada en un entorno terapéutico y con el acompañamiento de psicoterapia, puede reducir significativamente los síntomas de la depresión mayor.
Se ha observado que los efectos antidepresivos pueden ser rápidos y duraderos, incluso por un año o más con una o dos sesiones. Los mecanismos exactos aún se investigan, pero se cree que la psilocibina "reinicia" el cerebro, promoviendo la neuroplasticidad y disolviendo patrones de pensamiento negativos.
También se ha calificado como "terapia innovadora" por la FDA de EU para la depresión resistente al tratamiento
El peyote, cuyo principal componente psicoactivo es la mescalina, ha sido utilizado ancestralmente por sus propiedades enteógenas y curativas. Si bien no existe la misma cantidad de investigación clínica occidental sobre la mescalina para la depresión como la hay para la psilocibina, las experiencias reportadas en contextos tradicionales sugieren beneficios en la autoexploración, la conexión espiritual y el bienestar emocional, que indirectamente podrían impactar el estado de ánimo. Sin embargo, su uso terapéutico moderno está menos explorado científicamente.
Riesgos del consumo de estas sustancias
Es crucial enfatizar que los beneficios antes mencionados se asocian a un uso controlado y terapéutico. El consumo no supervisado, recreativo o en dosis elevadas de estas sustancias conlleva riesgos significativos:
Riesgos de la psilocibina (hongos mágicos):
- "Mal viaje": La experiencia sicodélica puede ser abrumadora y generar ansiedad extrema, pánico, paranoia o psicosis aguda, especialmente en personas predispuestas a trastornos mentales.
- Identificación errónea: Existe un riesgo real de confundir hongos psilocibina con especies venenosas, lo que puede causar intoxicaciones graves o la muerte.
- Comportamientos peligrosos: Bajo los efectos de la psilocibina, la percepción de la realidad y el juicio se alteran, lo que puede llevar a conductas de riesgo, como conducir bajo sus efectos.
- Efectos físicos: Náuseas, vómitos, agitación, confusión, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, debilidad muscular y pupilas dilatadas.
- Salud mental preexistente: Aunque se investiga para la depresión, la psilocibina puede exacerbar condiciones sicóticas latentes o preexistentes.
- Falta de control: En entornos no supervisados, no hay control sobre la dosis, la pureza o las posibles adulteraciones de la sustancia.
Riesgos del peyote (mescalina):
- Efectos sicológicos: Alteraciones del estado mental, el ánimo y la percepción sensorial, incluyendo ansiedad, euforia, pánico, reacciones depresivas y paranoides, cambios de humor, confusión y alucinaciones.
- Efectos físicos: Náuseas intensas, vómitos, dilatación de las pupilas, aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial, aumento de la temperatura corporal, sudoración, dolores de cabeza, debilidad muscular y alteraciones en la coordinación motriz.
- Toxicidad por sobredosis: Dosis excesivas de mescalina pueden provocar toxicidad grave, con casos reportados de insuficiencia respiratoria e incluso la muerte.
- Interacciones desconocidas: La combinación con otras sustancias o medicamentos puede tener consecuencias impredecibles y peligrosas.
- Legalidad y acceso: Fuera de los "usos y costumbres" indígenas, la posesión y consumo de peyote son ilegales en México, conllevando consecuencias legales. Además, la recolección ilegal amenaza su existencia en la naturaleza.
El debate en México: Hacia una regulación integral
La situación en México pone de manifiesto la necesidad de un diálogo más amplio sobre la regulación de las sustancias sicoactivas. Si bien se reconoce el valor cultural y espiritual de los usos ancestrales, la prohibición generalizada dificulta la investigación médica y el acceso a posibles terapias para la población en general.
El uso de hongos mágicos y otras sustancias sicoactivas para tratar la depresión representa una frontera fascinante en la medicina moderna. Los beneficios potenciales, respaldados por una creciente evidencia científica, son innegables.
Sin embargo, los riesgos asociados a su consumo irresponsable y la complejidad de su marco legal en países como México subrayan la importancia de la prudencia, la investigación y un enfoque regulatorio que priorice la seguridad, la salud pública y el respeto a las tradiciones culturales.