
Los estudiantes que residen en dormitorios enfrentan con frecuencia resfriados, lesiones menores y cansancio debido al ritmo académico. El doctor Sagar Kamprath, médico de familia del Hospital Houston Methodist, explicó que "el estudiante promedio se resfría de dos a cuatro veces al año". Según señaló, la convivencia en espacios reducidos y con poca ventilación incrementa las probabilidades de contagio de infecciones respiratorias.
En este escenario, contar con un botiquín bien surtido dentro de la habitación resulta esencial. El especialista aseguró que "los medicamentos de venta libre para el resfriado sirven más para reducir y controlar los síntomas". Tener disponibles pastillas para la tos, expectorantes o descongestionantes ayuda a sobrellevar malestares sin afectar la asistencia a clases. También recomendó mantener un termómetro y analgésicos como acetaminofén, ibuprofeno y naproxeno, cada uno con beneficios específicos para fiebre, inflamación y dolores generales.
Una alimentación adecuada y el descanso son determinantes en la prevención de enfermedades. "Para minimizar la frecuencia con la que se enferma y acelerar el tiempo de recuperación si se enferma, elija una dieta y un estilo de vida saludables, siempre que sea posible", dijo Kamprath. El médico sugirió elegir verduras, carnes y ensaladas en comedores, en lugar de alimentos fritos o ultraprocesados. Además, enfatizó la importancia de beber agua o té en lugar de refrescos y de procurar dormir entre siete y nueve horas con actividad física regular.
Las medidas preventivas incluyen el uso de mascarillas en situaciones de riesgo. Kamprath subrayó que la mascarilla no solo protege a los demás, sino también al propio usuario. Para lesiones superficiales, recomendó disponer de vendajes, gasas y toallitas con alcohol, además de cremas protectoras como vaselina o cortisona de venta libre para irritaciones y sarpullidos. "Cualquier medicamento, ya sea un antibiótico o un tratamiento tópico como el alcohol o el peróxido de hidrógeno, involucra células sanas", puntualizó el especialista.
En situaciones de deshidratación provocada por vómitos, diarrea o ejercicio intenso, la reposición de electrolitos se vuelve fundamental. Bebidas deportivas, polvos o tabletas con minerales esenciales son opciones rápidas para recuperar energía. El médico destacó que estos productos ayudan a mejorar el bienestar en episodios de malestar gastrointestinal o infecciones estomacales.
La prevención en salud universitaria incluye estar preparados para emergencias. Las instituciones educativas ofrecen cursos de reanimación cardiopulmonar (RCP) y formación en el uso de naloxona, un fármaco que revierte los efectos de una sobredosis de opioides. Estas herramientas son útiles en residencias estudiantiles y permiten actuar de inmediato en casos críticos como paros cardíacos o asfixias. (Notipress)