Medicamentos sin receta, ¿aliados de la salud o una bomba de tiempo?

Medicamentos sin receta, ¿aliados de la salud o una bomba de tiempo?

Foto: Enfoque

Robert F. Kennedy Jr., ha revivido las especulaciones sobre una posible relación entre el uso de paracetamol con el autismo, basándose en un informe federal que se espera se publique en este mes.

 

 

En México, los medicamentos de venta libre son aquellos que se pueden adquirir en farmacias sin necesidad de receta médica, según lo regulado por la COFEPRIS. Estos productos representan una parte significativa del mercado farmacéutico, con ventas que superan los 100,000 millones de pesos anuales en el sector, impulsadas por su accesibilidad y el autoconsumo.

 

De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Farmacéutica y encuestas de la Secretaría de Salud, alrededor de 70 % de la población recurre a estos fármacos para tratar síntomas comunes como dolor, resfriados o problemas digestivos, sin consultar a un profesional.

 

El paracetamol es uno de los más vendidos y utilizados, con millones de unidades despachadas anualmente; sin embargo, hay muchos otros que se compran libremente.

 

Uno de ellos es el ibuprofeno, un antiinflamatorio para dolor, fiebre e inflamación; no obstante, su consumo constante puede provocar efectos adversos comunes, como malestar estomacal, acidez y diarrea. Aunque en exceso, se pueden presentar úlceras gástricas, sangrado digestivo, problemas renales y aumento de riesgo cardiovascular.

 

Otro de los medicamentos más comunes y de fácil adquisición es la aspirina, utilizado comúnmente como analgésico para el dolor, fiebre y antiagregante para prevención de coágulos. Es usada en resfriados y como cura popular. Dentro de sus efectos adversos puede producir irritación gástrica y acidez, hasta problemas serios como el Síndrome de Reye en niños, hemorragias y reacciones alérgicas graves.

 

La loperamida es otro de los medicamentos que puede adquirirse sin receta médica. Comúnmente utilizada como antidiarreico para diarrea aguda. Su consumo puede provocar desde estreñimiento, mareos y sequedad bucal, hasta paro cardíaco en sobredosis y íleo paralítico.

 

El omeprazol, un antiácido para acidez, reflujo y úlceras estomacales, muy popular para malestar después de la comida, es otro de estos fármacos de fácil adquisición. Dentro de sus efectos adversos puede presentarse dolor de cabeza y náuseas, hasta deficiencia de vitaminas como B12 y magnesio, con uso prolongado, hay mayor riesgo de infecciones y fracturas óseas.

 

La loratadina se sitúa dentro de esta lista, es un antihistamínico para alergias, rinitis y urticaria, usado en temporadas de polen o polvo. Este medicamento puede provocar somnolencia leve, sequedad bucal, arritmias cardíacas raras, hasta reacciones alérgicas graves.

 

La pseudoefedrina es otro medicamento de fácil compra, utilizado como descongestionante nasal para resfriados y sinusitis. Su uso excesivo puede producir nerviosismo, insomnio, taquicardia, hasta hipertensión severa, infartos y glaucoma agudo.

 

Según un estudio de la UNAM de 2024, 60 % de los mexicanos se automedica con estos fármacos, lo que aumenta riesgos por sobredosis o interacciones. El paracetamol lidera con un consumo per cápita de más de 10 dosis al año, seguido de ibuprofeno y antiácidos.

 

Muchos de los efectos adversos se deben a sobredosis o uso prolongado sin supervisión. Dentro de los grupos vulnerables están niños, embarazadas, ancianos y personas con enfermedades crónicas.

Notas Relacionadas