
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el martes que la decisión de atacar a Hamás en la capital de Qatar, Doha, fue tomada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no por la Casa Blanca.
"Esta fue una decisión del primer ministro Netanyahu, no una decisión mía", escribió Trump en su red Truth Social.
Aseguró que, al ser informado por el Ejército estadounidense el martes por la mañana, de inmediato ordenó a su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, que notificara a los qataríes sobre el inminente ataque israelí, pero "lamentablemente, fue demasiado tarde para detenerlo".
Para cuando Witkoff contactó con las autoridades qataríes, las bombas israelíes ya habían impactado en su objetivo en Doha, según informaron medios estadounidenses, citando a una fuente gubernamental.
"Bombardear unilateralmente dentro de Qatar, un país soberano y estrecho aliado de Estados Unidos que está trabajando muy duro y asumiendo valientemente riesgos con nosotros para negociar la paz, no favorece los objetivos ni de Israel ni de Estados Unidos", reiteró Trump en su publicación.
Afirmó que considera a Qatar un aliado sólido y amigo de Estados Unidos, y lamentó profundamente el lugar en el que se produjo el ataque, aunque calificó la eliminación de Hamás como "un objetivo valioso".
Trump confirmó que habló con el emir y el primer ministro de Qatar después del ataque, y les aseguró que "algo así no volvería a ocurrir en su territorio".
Además, indicó que ha dado instrucciones al secretario de Estado, Marco Rubio, para finalizar el acuerdo de cooperación en defensa con Qatar.
La acción israelí enfureció a algunos de los principales asesores de Trump, ya que la Casa Blanca esperaba recibir para finales de esta semana la respuesta de Hamás a la última propuesta de paz de Trump para Gaza, indicó el portal de noticias Axios.
Funcionarios estadounidenses estaban particularmente molestos porque se les notificó demasiado tarde, sin oportunidad de influir en los planes de Israel, agregó el medio digital.