Preocupante realidad: en simulacros no hay protocolos de inclusión

Preocupante realidad: en simulacros no hay protocolos de inclusión

Foto: Enfoque

Actualmente, el tema de la inclusión se aborda activamente en diversos sectores de la sociedad como la educación, el empleo, la salud y los espacios públicos; se promueven políticas y prácticas para garantizar la participación equitativa de grupos marginados, como personas con discapacidad, comunidades indígenas, minorías étnicas, de género o migrantes.

 

Pero ¿qué hay de la inclusión en los simulacros a propósito del 19 de septiembre?

 

En la práctica, la inclusión en simulacros puede variar según el país o institución; en México, los simulacros nacionales de sismo han avanzado en incluir medidas para personas con discapacidad, pero aún enfrentan retos como la falta de infraestructura accesible en algunos edificios o la capacitación insuficiente del personal.

 

La inclusión en los simulacros es un tema relevante, pero a menudo no se aborda con la profundidad necesaria. En teoría, los simulacros deberían diseñarse considerando a todas las personas, incluidas aquellas con discapacidades, necesidades especiales o en situaciones de vulnerabilidad. Sin embargo, en la práctica, la inclusión suele ser limitada o inconsistente.
 

 

Muchos simulacros no contemplan rutas de evacuación adaptadas para personas con discapacidad motriz o visual y, en muchas ocasiones, las alarmas pueden no ser accesibles para personas con discapacidades auditivas.

 

En comunidades multilingües, las instrucciones no siempre se comunican en todos los idiomas relevantes, lo que provoca una exclusión a las minorías o migrantes. Además, personas con trastornos de ansiedad, autismo o necesidades médicas específicas muchas veces no son consideradas en la planificación, generando confusión o peligro durante un simulacro.

 

A esta situación, hay que agregar que muchas veces los organizadores y participantes suelen carecer de formación sobre cómo asistir a personas con necesidades especiales durante estos ejercicios.

 

En algunos casos, se hacen esfuerzos por incluir a todos, como simulacros adaptados en escuelas o edificios públicos que consideran rampas, intérpretes de lengua de señas o protocolos para personas con discapacidades cognitivas, pero estos ejemplos son más la excepción que la norma, especialmente en contextos con recursos limitados.

 

En el contexto de los simulacros de evacuación y emergencias, los protocolos para personas con algún tipo de discapacidad buscan garantizar su inclusión y seguridad, adaptando las acciones generales a sus necesidades específicas.

 

Sin embargo, a pesar de las guías y normativas existentes, la ejecución suele ser deficiente.

 

Tan sólo tras el sismo de 2017, se reportó que muchas personas con discapacidad en la Ciudad de México no pudieron evacuar a tiempo debido a la falta de rampas y ascensores funcionales en edificios públicos. 

 

Esto llevó a iniciativas como las guías de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, para incluir protocolos específicos, aunque su implementación sigue siendo irregular.

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