
Las poblaciones que residen en países con mayores riesgos históricos de enfermedades tienden a mantener una visión más optimista sobre el futuro de la humanidad, según un estudio liderado por la Universidad de Georgia. La investigación sugiere que este patrón podría relacionarse con mecanismos evolutivos de resiliencia física y mental.
El análisis fue realizado por especialistas de la Facultad de Artes y Ciencias Franklin de la Universidad de Georgia. Se encuestó a más de 18 mil personas en 68 países, a quienes se les pidió evaluar la calidad de vida actual de los seres humanos y proyectar cómo sería dentro de mil años. Los investigadores detectaron que la prevalencia histórica de enfermedades en los países estudiados se asociaba con una visión más positiva sobre el porvenir colectivo, incluso al controlar factores como la esperanza de vida y el estrés económico.
"Hay muchas maneras en que las personas afrontan el riesgo para su supervivencia. Una forma de prosperar en condiciones peligrosas y difíciles es adoptar una perspectiva positiva sobre el futuro", señaló Brian Haas, autor principal del estudio y profesor asociado de la institución. De acuerdo con Haas, esta visión puede ser transmitida de generación en generación.
Las respuestas mostraron contrastes significativos entre regiones. Habitantes de Angola, Vietnam y Venezuela expresaron que el futuro de la humanidad sería mejor al presente. En contraste, poblaciones de Francia, Alemania, Reino Unido y Corea del Sur indicaron que el porvenir se mantendría prácticamente igual. Los estadounidenses, en tanto, manifestaron un optimismo leve en comparación con otras naciones.
El equipo de investigación destacó que pensar positivamente puede otorgar beneficios concretos para la salud. "Existe evidencia de que ser optimista y pensar positivamente ayuda a protegerse de muchas enfermedades, como las cardiovasculares y algunas mentales", explicó Haas. También agregó: "La esperanza y el optimismo suelen ser muy influyentes para mejorar la recuperación de una enfermedad".
Durante la pandemia de COVID-19, los profesionales de la salud que reportaron mayores niveles de optimismo registraron menores casos de agotamiento y depresión, según datos previos citados en la investigación. Los autores señalaron que este fenómeno muestra cómo el pensamiento positivo puede contribuir a sostener la resiliencia social frente a riesgos de salud.
El estudio también sugiere que la confianza en un futuro más prometedor puede expandirse colectivamente. Haas enfatizó: "Si las cosas se ponen realmente difíciles e interactúo con alguien que dice: ‘Todo va a estar bien’, eso también podría ayudarme a sobrellevar la situación". De acuerdo con el especialista, esta actitud podría extenderse dentro de las comunidades y transmitirse a generaciones posteriores. (Notipress)