
En el marco de su 75 aniversario, Jarritos celebró en Puebla La Mesa Más Grande de México, una experiencia multisensorial que rinde homenaje a los sabores, las tradiciones y la diversidad cultural que han acompañado a la marca durante más de siete décadas.
Desde su fundación en 1950, Jarritos ha sido parte del patrimonio emocional de México: presente en comidas familiares, ferias y momentos cotidianos que se transforman en recuerdos entrañables. Hoy, con esta celebración, la marca reafirma su compromiso con las raíces mexicanas y con quienes la han elegido generación tras generación.
Una experiencia que une a México en una sola mesa
La campaña La Mesa Más Grande de México es más que una metáfora: es una plataforma que conecta personas, regiones e historias a través de lo que más nos une como mexicanos —la mesa y el sabor. En Puebla, este concepto cobró vida con una cena especial con maridaje con sabores icónicos de Jarritos, reinterpretada por un chef local y acompañada de música, arte y momentos de celebración.
Tradición hecha arte: las botellas monumentales
Uno de los elementos más emblemáticos de la celebración son las botellas monumentales de Jarritos, de 1.5 metros de altura, intervenidas por artesanos de distintas regiones del país. Cada botella fue decorada con técnicas tradicionales como la talavera poblana, el arte huichol, los alebrijes, tenango y la cartonería, en colaboración con colectivos de artesanos.
Estas piezas únicas representan cinco sabores de Jarritos —tutti frutti, piña, mandarina, tamarindo y fresa. En Puebla, los asistentes también recibieron una mini botella conmemorativa intervenida por un artista local, como recuerdo tangible del orgullo por lo hecho en México.
Sabor, memoria y visión a futuro
Durante la experiencia, los invitados pudieron recorrer una instalación artística que narra visualmente los 75 años de la marca, participar en actividades culturales y brindar con bebidas preparadas con Jarritos, en un ambiente festivo que combinó gastronomía regional, color y comunidad.
A través de iniciativas como esta, GEPP reafirma su compromiso con la innovación cultural y la conexión emocional con los consumidores. Jarritos es un ejemplo de cómo las marcas con historia pueden renovarse con autenticidad, ofreciendo experiencias con propósito que combinan sabor, arte, diseño y orgullo nacional. Esta campaña representa la visión de GEPP de seguir construyendo marcas que respetan el pasado y se proyectan hacia el futuro, conectando desde lo que realmente importa: la cultura, la identidad y el sabor.
Con esta campaña, Jarritos demuestra que sigue evolucionando con autenticidad, manteniendo viva la esencia que la convirtió en un ícono del sabor mexicano. Porque donde cabe uno, cabemos todos. Y en esta mesa, México entero tiene un lugar.