Feroz lluvia de meteoros, entre los eventos astronómicos de noviembre

Feroz lluvia de meteoros, entre los eventos astronómicos de noviembre

El Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica es heredero de una gran tradición astronómica en nuestro país. Gracias al entusiasmo de personajes como Luis Enrique Erro Soler, Guillermo Haro Barraza, Paris Pishmish y Enrique Chavira, que hicieron brillar al Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTON) con sus grandes aportaciones, realizadas principalmente con la Cámara Schmidt.

 

De la necesidad de contar con mejores instrumentos y una nueva generación de apasionados por las ciencias, se concibe la creación del INAOE, que nace, por decreto presidencial, del 12 de noviembre de 1971.

 

Hoy en día, el INAOE es una institución que ha sabido mantener e incrementar el prestigio del Observatorio que le dio origen, además de fomentar el desarrollo de diferentes disciplinas de la ciencia que ha llevado a contar con más de 10 maestrías y doctorados en áreas afines a la óptica, electrónica, computación y la astrofísica.

 

Enhorabuena, con gran admiración y gratitud por los 54 años fortaleciendo la ciencia en México.

 

 

Feroz lluvia de meteoros, las Leónidas

 

La lluvia de meteoros de las Leónidas recibe su nombre de la región del cielo donde se localiza el radiante (lugar en el firmamento de donde parecen brotar las fugaces) que, en este caso, está en dirección de la constelación de Leo.

 

La lluvia de meteoros de las Leónidas estará activa del 6 al 30 de noviembre, con el máximo en la madrugada del 17 de noviembre.

 

Debido al movimiento de traslación, la Tierra cruza la misma región del espacio una vez al año y en estas fechas, la Tierra pasa por los escombros dejados por el cometa 55P/Tempel-Tuttle, que cuando penetran a la atmósfera terrestre se encienden por fricción y provocan los chispazos, que generalmente llamamos, erróneamente, estrellas fugaces.

 

Las Leónidas tienen una tasa máxima observable de 15 meteoros (fugaces) por hora y afortunadamente el evento se dará unos pocos días antes de la Luna Nueva, durante los cuales tendremos noches oscuras, por lo que sólo se va a requerir un lugar fresco o tapete donde recostarte boca arriba, quizá una cobija ligera, líquido caliente, música, buena compañía y paciencia para observar algunas fugaces.

 

Un gigante en oposición

 

Dentro del sistema solar, por su posición, Urano es el séptimo planeta más alejado del Sol, es el tercer planeta en tamaño, el cuarto en masa y es uno de los enigmáticos planetas gigantes gaseosos. En la atmósfera de Urano predominan gas de hidrógeno, helio y metano, siendo este último componente el que le da una coloración azulosa, característica del planeta.

 

 La oposición de un planeta sucede cuando se encuentra alineado y opuesto a la posición del Sol en el firmamento, con la Tierra entre ellos.

 

Urano estará en oposición el 21 de noviembre a las 6:17 hora del Centro de México, en dirección de la constelación del Tauro.  En el momento de la oposición, Urano se encontrará en su perigeo, la distancia más corta a la Tierra, a una distancia de 18.51 UA y brillará con una magnitud de 5.6, por lo que, Urano podrá ser observado la mayor parte de la noche y, en lugares apartados de contaminación lumínica, incluso localizarse a simple vista, pero es más recomendable observar con binoculares o telescopios.

 

Las siete cabrillas modelan en el cielo

 

La cosmovisión de los pueblos originarios de todo el mundo es muy variada e interesante.  Por supuesto, los de Mesoamérica tenían su propia forma de interpretar el firmamento. Los antiguos aztecas contaban con gran conocimiento de los cielos (diurno y nocturno) que fue vital para establecer sus calendarios, ciclos agrícolas y religiosos.  Desafortunadamente, mucha de la información se perdió con la conquista, pero los historiadores han logrado rescatar información valiosa, que permite afirmar lo avanzado del cocimiento celeste de nuestros antepasados. Por ejemplo, el grupo de estrellas que conocemos como las Pléyades, para los Mexicas era Tianquiztli, y representaba un mercado, esquematizando a varias personas rodeadas de mercancías.

 

El cúmulo estelar abierto Messier 45, M45, Pléyades, Tianquiztli, popularmente las siete hermanas o siete cabrillas, entre otras denominaciones, estará bien ubicado para su observación en la temporada invernal, en dirección de la constelación de Tauro, hacia la parte noreste de la esfera celeste. Eso sí, para mayor detalle se recomienda observar a las Pléyades (M45) con unos binoculares o pequeño telescopio.

 

Un “doble” espectáculo celeste

 

Sin lugar a duda, el Cúmulo Doble de Perseo (los cúmulos abiertos NGC 869 y NGC 884) es un grandioso espectáculo del cielo nocturno. Los cúmulos abiertos se caracterizan porque, muy probablemente, sus miembros han nacido juntos y se conservan unidos gracias a la gravedad. La mayoría de las estrellas que los conforman son de color blanco-azuladas, pero llegan a observarse algunos miembros de tonalidad rojiza.

 

Los cúmulos NGC 869 y NGC 884 se localizan a una distancia de 7,000 y 7,600 años luz, respectivamente; además son muy parecidos en masa. NGC 869 es más brillante y rico en estrellas, contiene unas 350 estrellas, en tanto NGC 884 contiene unas 300 estrellas. La edad de ambos cúmulos se establece en unos 13 millones de años y la región tiene un tamaño angular de 31.2 minutos de arco, poco mayor al tamaño angular promedio de la Luna llena, que es de 30 minutos de arco.

 

Entre las constelaciones de Casiopea y Perseo, pero pertenecientes a Perseo, se localiza este increíble cúmulo doble, que es uno de los pocos objetos de cielo profundo que pueden apreciarse a simple vista, por supuesto en cielos oscuros, como una mancha borrosa.  Si se desea tener mayor detalle de la región, unos binoculares o un telescopio pequeño será suficiente.

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