¿Días contados?

¿Días contados?

En la entrevista televisiva con mayor audiencia de los últimos años, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump hizo fuertes declaraciones al afirmar que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, tiene los días contados, haciendo alusión a un inminente intervencionismo de la Casa Blanca; sin embargo, los resultados económicos, políticos y sociales podrían revertir sus declaraciones y tal vez sea Trump quien tenga los días contados. Aquí lo explicamos.

 

El gobierno de Trump lleva más de un mes acosando militarmente a Venezuela desde el mar Caribe, donde ha bombardeado más de tres lanchas civiles acusándolas, sin probar, actividades de narcotráfico. Desde la postura de Caracas, el objetivo no es la lucha contra el narcotráfico, sino que Estados Unidos busca apoderarse de las mayores reservas petroleras del continente y Maduro es un obstáculo. No sería la primera vez que Estados Unidos intenta un cambio de régimen en Venezuela, los yanquis tienen un largo historial de intervencionismos perniciosos en Latinoamérica, incluyendo a nuestro país.

 

Sin embargo, Trump -que apenas cumplió un año de ser electo y 9 meses en el cargo- acumula 36 días con el gobierno “cerrado” (shutdown), es el más largo de la historia y provoca un rechazo popular del 60% según algunas encuestas. Es el peor deterioro de la imagen de un presidente antes de cumplir un año en el poder.

 

El cierre del gobierno se debe a que en el Congreso de Estados Unidos no hay acuerdo entre demócratas y republicanos para aprobar el presupuesto federal, en consecuencia, se paralizan las actividades no esenciales: los trabajadores públicos dejan de cobrar, los pensionados tienen suspensión de pago, los programas sociales se interrumpen, la obra pública se paraliza y por tanto, se frena la economía. A partir de mañana, si no hay acuerdo, las actividades en los aeropuertos se verán parcialmente afectadas y las aerolíneas han anunciado cancelaciones y cambios de vuelos en más de un 10% de sus operaciones habituales. Si el cierre se prorroga dos semanas más, los trabajadores no tendrían su pago para navidad y le podría costar a la economía 2 puntos del Producto Interno Bruto.

 

Dado que la proyección actual del crecimiento del PIB para nuestros vecinos es de apenas 1.9%, seguir con el gobierno cerrado llevará a Estados Unidos al crecimiento cero. Sería nefasto para el eslogan de Trump: “Hacer a América grande de nuevo”. Estos datos no le gustan a los grandes empresarios que han tenido un año bastante complicado: modificaron sus planes de producción y reubicaron sus operaciones de México a Estados Unidos, con todos los gastos que ello implica; han resistido la baja demanda del mercado exterior y las complicaciones logísticas de la cadena de suministro por los aranceles impuestos por Trump. Estos empresarios empiezan a barajear un impeachment para reemplazar al presidente.

 

Trump se ha ganado animadversión internacional por sus políticas ultraconservadoras que ha asumido con mayor radicalidad que en su primer mandato (nacionalismo y militarismo); pero también tiene altos rechazos al interior del país (anti-migrantes, anti-feminista, anti-derechos LGBT+). Algunos analistas políticos atribuyen a ese rechazo la derrota electoral de los republicanos que llevó al triunfo de los demócratas en las gobernaturas y del primer alcalde musulmán en la ciudad de Nueva York (Zohran Mamdani). Esto, además, trastoca el tablero político en contra de Trump y debilita a los republicanos para seguir negociando el presupuesto federal.

 

Las mayores trabas en las negociaciones no son técnicas sino ideológicas y tienen que ver con el papel del Estado en la economía. Uno de los ámbitos más polémicos es la propuesta de Trump de recortar el programa Obamacare que subsidia el seguro médico de millones de ciudadanos. En Estados Unidos, sólo el 53% de la población tiene acceso a la salud por un seguro pagado por su empleador, 10% debe pagarlo mediante aseguradoras privadas y el resto (40%) no puede pagarlo por lo que debe recurrir a subsidios como el Medicare y el Medicaid, incluso con esos subsidios el 8% de los ciudadanos no tienen acceso a salud (Gráfica 1).

 

Elaboración propia con datos de United States Census Bureau

 

De acuerdo con datos más recientes de la oficina Censal de Estados Unidos, calculamos que el 60% de las personas que recurren a sistemas de salud subsidiados no podrían seguir pagando si el gobierno retira los apoyos en el presupuesto, por lo que se colapsaría por completo el sistema: hospitales inviables, tratamientos interrumpidos y cirugías canceladas, se trata de casi 70 millones de personas.

 

El norteamericano promedio no encuentra mejoras con Trump, están decepcionados, se observan grandes filas para obtener comida gratuita en comedores populares organizados por las iglesias y fundaciones sociales. Los recortes presupuestales agudizarán la pobreza, el hambre y el problema de drogadicción. El imperialismo yanqui se ha derrumbado y Trump le pone los últimos clavos al ataúd, por eso, más que Maduro, es Trump quien tiene los días contados.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras

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